Ya se trate de ese granito inoportuno que aparece justo antes de un acontecimiento importante o esos puntos negros que nunca parecen irse del todo, el acné es siempre un enemigo de la belleza. El acné es una de las preocupaciones relativas al cuidado de la piel más comunes entre las mujeres de todas las edades en todo el mundo.
Introducción al acné
Cuando los poros se obstruyen, aparecen los barros, granitos, puntos negros y espinillas. Suelen aparecer en el rostro, el cuello, el escote, los hombros y la espalda. Si la piel produce demasiado sebo, o grasa, las células muertas de la piel se adhieren y bloquean los poros. Por si fuera poco, las bacterias pueden acumularse en el interior de los poros, multiplicándose y dando lugar a erupciones o quistes inflamados y enrojecidos.
No todas las personas se libran del acné al dejar atrás la adolescencia: acné adulto
El acné es más frecuente entre adolescentes, que experimentan cambios hormonales asociados a la pubertad, pero ciertamente no se limita a las generaciones más jóvenes. Las mujeres pueden padecer acné en aquellas fases adultas en las que se producen cambios hormonales, como el ciclo menstrual mensual, el embarazo y la menopausia.
El acné también es hereditario, por lo que si tu madre, tu padre o cualquier otro familiar cercano ha experimentado episodios de acné, será más probable que tengas problemas con el acné.
Cuida sabiamente de tu piel para prevenir el acné
- Limpia. Lávate el cutis por la mañana y por la noche con un producto limpiador que contenga ácido salicílico. El ácido salicílico es un ingrediente clave para combatir el acné ya que exfolia la piel, ayudando a mantener los poros limpios. Después de aplicar el producto limpiador, sería recomendable también que te refrescaras la piel con una toallita limpiadora facial. Una pasada rápida eliminará el sudor y otras impurezas.
- No te laves en exceso. Cuando tienes una erupción, es verdad que sientes la tentación de lavarte la zona muchas veces al día. Pero al hacerlo la piel se reseca, dando lugar a que se produzca más sebo (o grasa), lo que puede originar incluso más acné.
- Protege. Aplícate una crema hidratante sin aceites con un FPS de al menos 15 cada día para ayudar a prevenir los daños producidos por el sol.
- Hidrata. Puede parecer un contrasentido, pero incluso las caras más castigadas por el acné necesitan hidratación. Por la noche, aplícate una crema hidratante ligera, no comedógenica sobre el rostro, que no obstruirá los poros.
Si el acné no desaparece transcurridos dos o tres meses de cuidados constantes, o si padeces lo que se conoce como acné grave, puede que sea el momento de visitar a un dermatólogo para estudiar métodos alternativos de limpieza de la piel.
Con todo, no dejes que este enemigo de la belleza te impida tener el mejor aspecto posible. ¡Con unos pocos productos podrás lograr una piel sin imperfecciones!